Si eres de las personas que acostumbra prestar su tarjeta de crédito a familiares o amigos, tienes que leer esto y pensarlo más de dos veces.

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¿Por qué? 

Aquí te presento algunas razones:

El hecho de que gastes o compres, indica que tienes ingresos y eso te posibilita a gastarlo, sin embargo, por lógica nadie puede gastar más dinero de lo que tiene, porque no lo tiene.

Para esto es importante aclarar que tus ingresos o recursos pueden provenir de diferentes fuentes, como de tu trabajo, negocio, préstamo, herencia e incluso hasta porque te hayas ganado la lotería, entre otras.

Pero entonces ¿Dónde surge el peligro? 

En la actualidad Hacienda (SHCP) conoce los movimientos de tus cuentas bancarias, lo que depositas, lo que gastas con tu tarjeta de crédito o débito, es decir no hay cuentas ni movimientos bancarios ocultos.

Lo anterior se debe a que los bancos están regulados por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), ésta a su vez le entrega información a Hacienda, por lo tanto y en resumen: los bancos, las cooperativas de ahorro, las tiendas departamentales y en general entidades financieras, entregan la información de sus clientes a la Autoridad.

Ahora que estas enterado que la SHCP, conoce tus movimientos bancarios, préstamos, gastos con tarjetas de crédito, etcétera, sabrás que estás fiscalizado. Por lo tanto, cuando un tercero utiliza tu tarjeta, sucederá lo siguiente:

La otra persona a la que le prestas tu crédito, obtiene recursos de cualquier procedencia que sea, que le permiten gastar, pero cuando realiza los gastos a tu nombre, entonces la Autoridad supone que la compra la realizas tú y no la otra persona, por lo tanto, al que le pedirá cuentas será a ti. Y las preguntas serían ¿De dónde obtuviste ese recurso para gastar más? ¿Por qué no me has reportado ese ingreso? Cualquier respuesta que puedas dar debe de estar soportada con algún documento, como por ejemplo un contrato, que respalde que en realidad el gasto no será o no fue pagado por ti sino por aquel al que le prestaste tu tarjeta.

Caso contrario de no poder probar nada, la Autoridad podrá suponer una discrepancia fiscal o bien, que se trata de una evasión de impuestos y este es un delito que puede merecer cárcel, o bien suponer que se trata de ingresos de procedencia ilícita o lavado de dinero.

Entonces ya estando en esta situación, habría que comenzar la defensa con los medios necesarios, para probar que no se trata de ingresos no declarados ni se trata de recursos de procedencia ilícita.

Por eso piensa más de dos veces antes de prestar tu tarjeta de crédito y aún más si son cantidades considerables, o bien has un contrato.

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